Hace un par de semanas subía a Instagram un vídeo entrenando con una de mis clientas. ¿Lo curioso? Que lo hacía estando embarazada. Son muchos los comentarios que me llegaron.

Algunos se “echaban las manos a la cabeza” al ver el entrenamiento. Esta reacción es bastante generalizada. Todavía no estamos acostumbrados a ver a una embarazada en un gimnasio, luciendo barriguita y dándole a tope al fitness. La idea de que durante la gestación no es recomendable hacer ejercicio es algo del pasado: Una embarazada no es una mujer inválida.

En los últimos tiempos, son muchas las famosas (actrices, modelos, cantantes…) que han decidido seguir con sus entrenamientos en los meses previos al parto, y así lo han mostrado en sus redes sociales. Nada tiene que ver con que sean personajes públicos que deben cuidar su físico. Y es que, lo que muchos no saben es que existen más beneficios que problemas en continuar con tu trabajo deportivo durante los meses de embarazo.

Ante todo, cualquier mujer que esté embarazada tiene un seguimiento por parte de su ginecólogo. Es él quien tiene la última palabra y dar vía libre para comenzar con el ejercicio, o que las adictas al fitness puedan seguir con sus entrenamientos.

Una vez que tengamos el OK médico, yo recomiendo que si ya hacías deporte previamente, en los tres primeros meses entrenes como si no se estuviese embarazada. Si eres de las que antes no hacías ejercicio, y te animas para llevar mejor tu embarazo, lo ideal es que ese primer trimestre lo centres en dar paseos de 30 minutos diarios, por lo menos hasta la semana 12. Ya en el segundo trimestre es cuando debemos comenzar a hacer un trabajo más concreto y controlado.

A modo resumen, y para que veáis que tiene muchas más cosas buenas que malas, os indico varios puntos a favor de entrenar durante el embarazo:

  1. Un problema que tienen muchas mujeres, y que dificulta todo el proceso durante los 9 meses, es el sobrepeso. Obviamente vas a coger unos kilos, pero al entrenar ganarás menos y con ello tu estado físico mejorará notablemente.
  2. Con las rutinas de entrenamiento tendrás mayor flexibilidad, un buen sistema cardiovascular y tus abdominales estarán más fuertes, lo que está comprobado que hará que el momento del parto sea muchísimo más fácil y rápido, incluso evitando las temidas cesáreas.
  3. Hay estudios que demuestran que las mujeres que practican deporte durante la gestación tienen un menor porcentaje de sufrir diabetes gestacional, trastornos de incontinencia urinaria, diástasis abdominal, reducirías el riesgo de sufrir estreñimiento, nauseas,…
  4. Uno de los puntos más importantes que debes saber es que lo que hagas durante estos meses dejará huella genética en tu bebé. Hay multitud de estudios que lo demuestran. ¿Esto qué significa? Que la actividad física que hagas mejorará, entre otras cosas, el corazón del bebé o su nivel de grasa corporal será menor durante sus años de vida.

Y, por último, lo que a muchas mujeres más le preocupa: unos músculos tonificados permitirán una mejor y más rápida recuperación tras dar a luz.

Y podría seguir enumerándoos muchos más…

Que quede claro: Si ya hacías deporte con anterioridad, no debes parar al estar embarazada. Fitness, natación, yoga, pilates… Puedes y debes hacerlo. ¡Eso sí! Siempre junto a un profesional que te guíe paso a paso para que todo sea perfecto y sin riesgo. Y, sobre todo, repetir que el momento en el que una mujer ha de parar de entrenar es cuando su médico se lo diga.